Querida Babelita:
Pasaron algunos meses desde aquel momento en que nos tocó despedirnos y distanciarnos de nuestro hogar nómade. Babelita te habíamos llamado y era momento de que siguieras haciendo felices a otros viajeros. Hoy estás en manos de una familia que, esperamos, te puedan disfrutar tanto o más que nosotros. Si bien pasó bastante tiempo, creemos que nos sirvió para procesar a la distancia qué significó dejar nuestro hogar y quedarnos tan sólo con fantásticos recuerdos. El resultado es esta carta que ahora te escribimos.

Últimos preparativos para la despedida en Charata (Prov. de Chaco)
Muchas veces lo conversamos con vos, el concepto “hogar” es bien polisémico y varía mucho entre grupos de personas. Hay quienes lo asocian a una casa, pensando en sus paredes, puertas y ventanas. Pero nosotros lo pensamos en forma más amplia o más profunda, como si se tratara de un espacio en el que encontraremos ese calor abrazador que uno disfruta cuando sabe que lo volverá a acoger pronto. Despegarse de él, saber que ya no volverá a estar al alcance, es una decisión difícil.
Todo comenzó algún tiempo atrás, dice la canción, pero no estamos bien seguros de cuándo esa semilla de locura quebró nuestras vidas citadinas y nos dijimos, ahí en lo profundo, que algo distinto buscábamos. La vida de viaje fue la respuesta y la siguiente respuesta -a saber cómo hacerlo- resultó ser una casa rodante, resultaste ser vos, y hogar te sentimos desde que te probamos aquella primera vez en San Miguel del Monte.

Cuando te pusimos tu nombre para que todos lo sepan.
Vos y nosotros sabemos muy bien cómo fue aquel largo proceso de armado y cuáles son los consejos que compartimos con quienes nos acompañan y que buscan armar o comprar una casa rodante. Pero ahora nos queremos centrar en aquellos momentos juntos y qué significaste en nuestra vida.
Comenzaba el viaje y sabíamos que miles de kilómetros quedaban por delante. Todo estaba por descubrir, había mucho que aprender. Después de dos años juntos, lo más lindo, aunque no por eso menos trastabillado, fue haber aprendido juntos qué es esto de andar viviendo y rodando por ahí. Nos enojamos, nos quejamos, nos gritamos, nos cansamos, nos cuidamos, nos mimamos, nos miramos y ya se hizo la hora de despedirnos. Fue un camino largo…
El primer paso fue salir a la ruta. Te habíamos preparado bien resistente para cualquier tipo de camino, pero recorrerlo era una historia diferente. Te pedimos disculpas si te llevamos a extremos quizás impensados. Te tuviste que bancar el viento patagónico cuando costeamos el mar o las extensas rutas de ripio que parecían ponerse cada vez peor.
Llegaste a soportar temperaturas por encima de los 40º y muy por debajo del frío helado, incluso te cubriste de blanco en alguna que otra nevada. Pero siempre estuviste ahí para protegernos del sol abrasador, de la incansable lluvia (y alguna granizada) o de los distintos vientos que aquejan estas tierras.

Bajo una nevada en Lago Escondido (Prov. de Tierra del Fuego)

Buscando sombra en el Vallecito Encantado (Prov. de La Rioja)

Cae la tarde frente al río Bermejo en El Colorado (Prov. de Formosa)

Junto al mar en Puerto San Antonio Este (Prov- de Río Negro)
Incluso, por nosotros, te subiste a un barco por primera vez en tu vida y nos acompañaste hasta el fin del mundo, aunque eso te costara varios kilos de barro.

Cruzando a la Isla Grande de Tierra del Fuego

Las rutas chilenas en la isla aun no están preparadas para casas rodantes.
Te decíamos que fuiste nuestro hogar y no nos equivocamos. Revisando algunas fotos recordamos cómo nos gustaba comer en tu interior, preparando unos ricos ñoquis, o junto a vos, tipo picnic en cualquier lugar verde que pudiésemos encontrar. Además, era un placer disfrutar ese contacto con la naturaleza al poder llegar con vos (casi) a cualquier lugar: ballenas, mariposas, vacas, olas, lo que venga.

Las ballenas pasean en Punta Pardelas (Prov. del Chubut)

Coloridas mariposas te visitaban, como en El Soberbio (Prov. de Misiones)

Nos rodeaban las vacas en el PN Nahuel Huapi (Prov. del Neuquén)

Haciendo ñoquis en el Dique Florentino Ameghino (Prov. del Chubut)

Disfrutamos del mar en la playa Las Conchillas (Prov. de Río Negro)

Rebaños que se acercaban al PN Laguna Blanca (Prov. del Neuquén) para pastar
¿Te diste cuenta de algo? Juntos fuimos bien, pero bien al sur, luego hasta el norte, casi tocando los cielos, e incluso llegamos hasta el punto más oriental, donde dicen que nace el sol, allá por Bernardo de Irigoyen. Viste las montañas nevadas y las yungas en altura, te fuiste hasta el mar y volviste a secarte con el viento zonda, pasaste por el centro de Argentina y también tocaste el Trópico de Capricornio. Y en todo ese viaje, llevaste libros e historias a todo el país, e hiciste muchos amigos y amigas. ¡Qué viaje que hicimos juntos, che!

Cerca de Puelches, el centro geográfico de Argentina

Cruzaste el Trópico de Capricornio (Prov. de Jujuy) durante el solsticio de verano

Llegamos al punto más occidental del país, en El Chaltén (Prov. de Santa Cruz)

Descansaste junto a los lagos en el PN Los Alerces (Prov. del Chubut)

De picnic en Villa Casa de Piedra (Prov. de La Pampa)

Éramos poquitos en la Península de Valdés (Prov. del Chubut)

Junto a primos hermanos en Santo Tome (Prov. de Corrientes)
A nosotros nos tocaba manejar y llevarte, pero aunque vos fueras atrás, siempre te estábamos mirando, necesitábamos saber que seguías ahí, incondicionalmente con nosotros. Dicen que por seguridad, cuando se arrastra una casa rodante, hay que mirar una vez adelante y dos para atrás. Nosotros lo hacíamos más por ese cariño que te teníamos (o que te tenemos). En fin, era muy reconfortante verte en el espejito retrovisor rodeada de fabulosos y distintos paisajes.

Recorriendo la Quebrada de Humahuaca (Prov. de Jujuy)

Maravillados con la Quebrada de las Conchas (Prov. de Salta)
Queremos agradecerte a vos que supiste abrazarnos, acompañarnos, bancarnos, durante tantos kilómetros y momentos compartidos. Fue duro al principio y hoy nos emocionamos al revisar todas esas fotos que nos mantendrán unidos, sabiendo que tuvimos un hogar nómade y que se llama Babelita.
Querida compañera, te mandamos abrazos viajeros y te deseamos buenas rutas.

Última imagen de ellas juntas.
preciosas fotos muchas gracias BABELITA !
Hermosas historias detrás de cada imagen. Gracias por acompañarnos siempre Stella! Abrazos viajeros!
muuuuuy buenas fotos llenas de recuerdos GRACIAS BABELITA
CUANTAS HISTORIAS, SIN PALABRAS EMOTIVO TODO SU VIAJE Y GRACIAS BABELITA POR CUIDARLOS!! BUENA VIDA BESOS VIAJEROS!!
Gracias por tus palabras y por haberte tomado el tiempo para leer esta carta. Abrazos viajeros!
Soy futuro docente, igual que mi pareja. Hace un tiempo estamos armando un proyecto muy parecido, buscamos mezclar musica, literatura y teatro. Quería decirles que cuando conocimos su historia nos han inpirado desde entonces y soñamos algun dia poder conocerlos en alguna ocasión,,Babelita fue tan fuerte como ustedes en lo que han hecho.. Muchas gracias!
Hola! Qué lindo recibir estos mensajes y contribuir a multiplicar experiencias tan enriquecedoras. Esperamos que les haya servido nuestra experiencia y que lleven sus proyectos a muchos rincones del mapa. Ya saben dónde encontrarnos cuando salgan a las rutas y, hasta cruzarnos, nos gustaría saber de sus historias. Un fuerte abrazo viajero desde Trevelin! Sol y Juan